Encontrar los puntos buenos

1 de noviembre de 2022

Encontrar los puntos buenos

Esta es una historia interesante que escuché cuando acompañé a Koichi Tohei Sensei a uno de sus seminarios en Hawai.

Durante ese viaje, un joven estadounidense estaba observando la clase con su madre y se acercó a saludar a Koichi Tohei Sensei cuando terminó la clase.

La madre nos contó que, años atrás, había traído a su hijo al dojo durante la larga estancia de Koichi Tohei Sensei en Hawai para promover el Aikido. En ese momento, el niño era muy travieso, y su madre estaba preocupada por ello, y buscó la ayuda de Koichi Tohei Sensei.

Tohei Sensei se acordó inmediatamente de ellos, y mantuvieron una animada conversación. Especialmente me sorprendió este encuentro ya que no conocía esta historia , y la madre me la contó con todo detalle.

Dijo que cuando hablo por primera vez con Tohei Sensei sobre su hijo, le dijo: «Mi hijo es inquieto y se porta mal todo el tiempo. No hay ni una sola cosa buena en él». Cuando Tohei Sensei escuchó esto, dijo: «No te preocupes, todos los niños tienen buenas cualidades». Tohei Sensei decidió dejarle participar en el entrenamiento para poderlo ver por sí mismo.

Cuando Tohei Sensei se encontró con él en clase, comprobó que no era capaz de prestar atención y seguir las instrucciones, y Tohei Sensei confirmó que era un niño muy difícil. Su madre, que estaba observando la clase, tenía una mirada que decía: «¡Ves! ¿es justo lo que dije?».

Después de la práctica, Tohei Sensei decidió hablar con el niño a solas. El niño debió pensar que Tohei Sensei se iba a enfadar con él, y por eso se encogió de vergüenza.

Tohei Sensei le dijo al niño: «He intentado encontrar tus puntos buenos, pero hoy no he podido encontrarlos. Sin embargo, la próxima vez los encontraré seguro, así que asegúrate de volver a practicar». El niño se sintió aliviado al ver que Tohei Sensei no estaba enfadado con él, y dijo: «¡Muy bien! Volveré!» y se marchó con una gran sonrisa.

Después de eso, el niño empezó a practicar con atención. Cada vez que Tohei Sensei encontraba un buen punto en la práctica del niño, decía: «¡He encontrado un buen punto!» y se lo hacía saber al niño. La madre, que estaba observando la práctica, miraba este intercambio.

Poco a poco, el niño empezó a calmarse y los comportamientos que habían molestado a su madre fueron disminuyendo. Al ver este notable cambio, la madre se dio cuenta de que había estado buscando conscientemente los puntos malos del niño.

Cuando llegó el momento de que Koichi Tohei regresara a Japón, el niño y su madre fueron a despedirse de él, y el niño lloraba y no se separaba de Tohei Sensei.

Veinte años después, aquel «niño malo» se había convertido en un buena persona .

La madre también dijo que su hijo, ya crecido, era «un buen hijo que ama a sus padres», y agradeció con lágrimas en los ojos a Koichi Tohei Sensei, diciendo que «esa experiencia con usted cambió nuestras vidas».

La expresión en el rostro de la madre y el hijo en ese momento me dejó una profunda impresión.

La lección:

«Encontrar los puntos buenos y apoyar a los demás», en lugar de «encontrar los puntos malos y regañar a los demás» puede ser fácil de entender en nuestra cabeza, pero no es fácil de hacer en la vida diaria.

Esto se debe a que para descubrir esos puntos buenos en los demás, debemos tomarnos el tiempo y el esfuerzo de averiguar qué es lo bueno de la persona. A menudo no es posible entender a una persona sólo por pasar un poco de tiempo con ella, sin mirarla con cariño y atención.

Sólo comprendiendo con calma a otra persona podemos apoyar su desarrollo. Por eso, prácticas como «mantener un punto» y «la respiración Ki» son de gran ayuda.

Si sólo quieres señalar lo que está mal en alguien, no requiere tanto esfuerzo. Es fácil caer en esta trampa porque parece muy sencillo y claro. Sin embargo, el hecho de señalar lo que está mal nunca hará que mejore.

Lo mismo ocurre en la práctica del Shinshin Toitsu Aikido. Señalar simplemente lo que está mal en un alumno no puede llamarse enseñanza. La enseñanza consiste en «guiar a la otra persona hasta que pueda hacerlo», que es lo que los instructores deben practicar todo el tiempo.


La antigua estrella japonesa del béisbol, Tatsuro Hirooka, dice simplemente: «Lo que es bueno es bueno, lo que es malo es malo», y analiza detenidamente «cómo hacer que la persona mejore» y sigue pensando en ello. Una vez que se ha decidido a entrenar a alguien, lo cuida y lo sigue apoyando hasta el final.

Creo que esto es lo que debería hacer como líder.

A veces, me olvido y me fijo en las «carencias» de la otra persona. Cuando esto ocurre, me acuerdo de volver a lo básico de «encontrar los puntos buenos».

Sinichi Tohei

http://www.shinichitohei.com/english/

Edita: Rafael G

Traducción: Antonio Tomas